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La censura estatal contra un editor, el caso de Ragip Zarakolu

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Por el hecho de haberse convertido en el adalid de la literatura kurda, armenia y griega en Turquía, entre otros muchos motivos, el editor Ragip Zarakolu, fundador con su esposa Ayşe Nur de la editorial Belge en 1977, se convirtió casi desde el primer momento en objetivo de una censura gubernamental implacable. En particular a partir del golpe de Estado militar de 1980, Belge se distinguió por dar voz a los represaliados, entre los que destacan la treintena larga de libros de todo tipo (poemarios, novelas, cuentos, memorias) escritos por prisioneros políticos kurdos y armenios, pero su espíritu indómito se puso de manifiesto desde el primer momento.

La trayectoria previa de Zarakolu, nacido en 1948, ya permitía prever que su labor como editor entraría en conflicto con el autoritarismo y que no se sometería de buena ni a componendas ni a presiones. Tras graduarse en la universidad, Zarakolu se dio a conocer como periodista en las revistas Ant y Yeni Ufuklar, en ambos casos escribiendo sobre temas relativos a la justicia social, así que tras el golpe de la junta militar de 1971 se le acusó de mantener relaciones secretas con Amnistía Internacional y como consecuencia de ello pasó cinco meses en prisión. El año siguiente, un artículo en Ant sobre el líder revolucionario Ho Chi Mihn (1890-1969) y los crímenes de guerra estadounidenses en Vietnam le llevó a ingresar de nuevo en prisión, en la penitenciaria de Selimiye, donde permaneció encerrado hasta la amnistía general de 1974. Aun así, en cuanto salió se convirtió en un adalid del respeto a la diversidad ideológica y cultural en Turquía, lo cual se tradujo en una constante censura de sus textos, multas y la prohibición de salir de Turquía, lo que le llevó a ampliar sus temas a las vulneraciones de los derechos humanos en otros países. Con estos mimbres, se forjó un editor con un coraje sin apenas punto de comparación.

El primer libro que publicó Belge Yayinlari apareció en enero de 1978 y ya dejaba algunas cosas claras: la Introducción a la vida y la obra de Karl Marx y Friedrich Engels, del revolucionario y archivero ucraniano David Riazanov (1870-1938), célebre por haberse propuesto la ingente tarea de editar las obras completas de estos dos teóricos del marxismo.

Sin embargo, Zarakoulu no abandonó en absoluto el periodismo, sino que en 1979 sería uno de los fundadores del periódico Demokrat y se puso al frente de la sección de internacional de esta cabecera(que un año después era cerrado tras el golpe militar de turno), y además su activismo en el ámbito de la libertad de expresión le impulsó a ser uno de los creadores de la Asociación Turca de Derechos Humanos (1986), a dirigir el Comité de Escritores en Prisión del PEN Internacional en Turquía y a presidir el Comité de Libertad de Publicación de la Asociación de Editores de Turquía (2007).

La política, la economía, la filosofía y los derechos humanos serían los grandes campos temáticos en los que operó la editorial Belge y los que más contribuyeron a perfilar su identidad, aunque también ha creado colecciones de poesía, de literatura infantil y una colección de literatura, significativamente llamada Marenostrum, destinada a las obras de creación literaria y a dar voz sobre todo a culturas minoritarias del entorno, en muchos casos traducidas (Georgios Andreadis, Ertugul Aladag, Hyr Simon Yeremyan o Franz Werfel).

Otro de los primeros libros importantes en los primeros años fue el del sociólogo político Nicos Poulantzas (1936-1979) conocido en español como La crisis de las dictaduras: Portugal, Grecia, España, aparecido apenas dos años después del supuesto suicidio de su autor (¿víctima de una operación Gladio?), y que publicado en formato de bolsillo que tuvo una difusión muy amplia.

Abundan en el catálogo de Belge los libros colectivos en los que se analizan con rigor académico y con reproducción de materiales históricos o documentales algunos de los temas principales pero intencionadamente olvidados de la historia moderna y contemporánea turca, como es el caso del volumen en 400 apretadas páginas titulado Geçiş Sürecinde Türkiye [El proceso de transición en Turquía], en el que se analiza el desarrollo del capitalismo desde finales del Imperio Otomano hasta 1980, en trabajos llevados a cabo por profesores universitarios que, en muchos casos, fueron víctimas de la represión y expulsados de sus centros de investigación.

De hecho, el golpe militar del 12 de septiembre de 1980 conllevó un cierto cambio en la línea de Belge que se materializó en la ya mencionada publicación de obras escritas por presos políticos.

Si bien el grueso de su catálogo es en turco, en 1988 Belge publicó en inglés Palestine Through documents, del embajador de la OLP en diversos países Ribhi Halloum (Abu Firas), de nuevo casi cuatrocientas páginas, más un pliego de nueve páginas de fotografías y diversos mapas a color en cada uno de los dos volúmenes. Se trata del resultado de casi ocho años de trabajo de recuperación y análisis de documentos sobre la historia de Palestina en un libro que creó cierto recuelo también en Estados Unidos.

En 1990, se añadía al catálogo el libro de Theodor Adorno (1903-1969) conocido en español como Crítica cultural y sociedad, así como un importantísimo estudio del sociólogo y especialista en la cultura kurda Ismail Beşikçi (de cuyos 36 libros, 32 fueron prohibidos en Turquía), sobre la masacre de Dersim (1937-1938).

Muy vinculado a este último libro, en 1995 publicaban la traducción al turco de Yavuz Alogan del estudio del sociólogo e historiador armenio Vahakn Dadrian (1926-2019) Jenosid Ulusal ve Uluslararasi Hukuk Sorunu Olarak: 1915 Ermeni Olay ve Hukuki Sonuçlar [El genocidio como problema de derecho nacional e internacional: el caso armenio de la Primera Guerra Mundial y sus ramificaciones legales contemporáneas]. 

Ese mismo año, la editorial fue la primera en recibir el Premio a la Libertad de Publicación instituido por la Asociación Turca de Editores, y unos años después (en 2008) sería reconocida también su labor en este campo con la obtención del Premio a la Libertad de Prensa de la International Publishers Association (el conocido desde 2016 como Premio Voltaire y que el año anterior había premiado a dos periodistas, el armenio Hrant Dink y la rusa Anna Politskóvskaya). El editor no pudo asistir a la entrega del premio, celebrada en el marco de la Feria del Libro de Frankfurt, porque las autoridades le habían retirado el pasaporte.

Aunque en ningún momento tuvo una vida plácida, los problemas más graves se habían iniciado ya precisamente en 1995, cuando la sede de la editorial fue atacada con explosivos, en apariencia por un grupo de extrema derecha, y se decidió entonces trsladar las oficinas a un sótano.

Sin embargo, las cosas se aceleraron y agravaron a medida que avanzaba el siglo XXI. En marzo de 2002, tres meses después de fallecida su esposa, Zarakolu tuvo que responder ante la justicia por ella, acusada de divulgar propaganda separatista (se trataba de un cancionero del kurdo Hüseyin Turhalli), y aunque se retiraron los cargos la presencia ante los tribunales se hizo constante. Al año siguiente se le encausó por un libro de Gazi Çağlar sobre el golpe de Estado de Kenen Evran del 12 de septiembre de 1980, y en 2005 tuvo que responder ante los tribunales por un libro de memorias escrito en los años veinte, la traducción al turco de An American doctor in Turkey. Garabed Hatcherian. My Smyrna ordeal of 1922, de la lingüista griega de origen armenio Dora Sakayan, donde se da testimonio de la brutal aniquilación de los griegos de Esmirna, a manos del considerado «padre de la Turquía moderna», Mustafá Kemal Atatürk.

Dos años después (2007) fue un libro del historiador estadounidense David Gaunt sobre el genocidio turco de los asirios entre 1915 y 1923 —que originalmente había publicado en inglés la editorial académica independiente Gorgias Press con el título Massacres, Resistance, Protectors: Muslim-Christian Relations in Esastern Anatolia During World War Iel que le llevó ante los tribunales. Y el año siguiente fue un libro del historiador británico Georges Jerjian sobre el genocidio armenio el que hizo que se condenara a Zarakolu a cinco meses de prisión por «insulto a las instituciones de la República de Turquía».

Finalmente, en octubre de 2011, en el marco de la macroperación KCK (que coincidía con el proyecto de Erdogán de aprobar una nueva constitución), Zarakolu fue detenido en un ambiente muy turbio que, en cuanto a derechos humanos, el informe anual de Amnistía Internacional resumía del siguiente modo:

A lo largo del año se iniciaron miles de procesos judiciales, casi siempre por pertenencia a una organización terrorista, en aplicación de leyes antiterroristas excesivamente amplias e imprecisas, cuyas disposiciones provocaban abusos adicionales.

Por otra parte, en febrero del año siguiente el editor Ragip Zarakolu fue nominado por el Parlamento sueco al Premio Nobel de la Paz, y al año siguiente se exilió a ese país, aunque la editorial siguió en activo, aunque en mayo de 2017, como consecuencia de un allanamiento policial, vio como le confiscaban ejemplares de más de mik de los tírulos que había publicado, pese a que los agentes sólo tenían órdenes de confiscar un libro sobre los apátridas kurdos.

Probablemente no haya un editor tan reiterada y enconadamente perseguido por censura estatal.

Fuentes:

Página web de Belge Yayinlari.

Blog por la liberación de de Ragip Zarakolu.

Anónimo, «Belge Yayınları 40 yaşında», Cumhuriyet, 25 de enero de 2018.

Anónimo, «Publishers denounce raid on Award-Winning Turkish Publisher», International Publishers Association, 17 de mayo de 2017.

Simon Reichley, «Turkish Police confiscate 2.170 books from Belge Publishing House», Melville House, s/f.

Anónimo, «Police raid publishing house in Istambul, detain editors, seize 2170 books», Turkish Minute, 8 de mayo de 2017.

Ragip Zarakolu, «Tragedya» (1), Yeniyasam Gazetesi, 22 de febrero de 2020.


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