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José Camarlinghi Rosas, heroico impulsor del libro en Bolivia

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José Camarlinghi,

El 5 de septiembre de 2013 murió en La Paz ‒casi se diría que clandestinamente‒, uno de los adalides más importantes de la cultura del libro en Latinoamérica, José Camarlinghi Rosas, nacido en la misma ciudad en 1928 y autor de una de las novelas breves más exitosas e impresionantes sobre los niños desamparados, Cara sucia, cuya lectura puede evocar la célebre película de Luis Buñuel (1900-1983) Los olvidados (1950), pero que añade a la denuncia social un imaginativo discurso acerca del poder y la utilidad de los libros como medio para sobreponerse o conllevar ese desamparo.

Se sabe que cursó sus primeros estudios en la escuela México y posteriormente en el nocturno del Colegio de Artes y Ciencias San Simón de Ayacucho (lo que induce a pensar que compaginaba los estudios con el trabajo), y tardó un poco en darse a conocer ampliamente como poeta, pues su libro Búcaro de amor. Prosas poéticas, publicado por Universo, data de 1962. Al parecer, de ese mismo año es una primera edición poco conocida de la novela corta Cara sucia, con un prólogo del poeta y narrador Óscar Alfaro (1921-1963) y con ilustración de cubierta y en cada uno de los capítulos del pintor Willy Machicado López (1930-2011), si bien en ediciones posteriores el texto sería notablemente corregido y enmendado.

En marzo de 1964 publicaba ya en la Editorial 16 de Julio un tercer libro de Camarlinghi, La musa vesánica, con una serie de poemas dedicados a grandes escritores y artistas de todos los tiempos (Edgar Alan Poe, Van Gogh, Verlaine, Rimbaud…) que concluían con uno dedicado «A los desheredados desconocidos».

A partir de 1965 empezó la andadura de las Ediciones Populares Camarlinghi, que en los años sucesivos tendría un enorme impacto en Bolivia, sobre todo gracias a una estrategia destinada a satisfacer al lector de escaso poder adquisitivo, en la que se combinaban la recuperación de títulos largamente olvidados con otros clásicos y contemporáneos de los más diversos géneros literarios, tras unas cubiertas ilustradas por artistas como Mario Vargas Cuellar, Clovis Díaz de Oropeza o Lalo Flores, entre otros.

En un mismo año (1967) se publicaron en Camarlinghi, por ejemplo, la recopilación de ensayos Vendimia del viento, de Raúl Bothelo Gosálvez (1917-2004), quien ya a los veinte años se había hecho muy conocido al obtener en 1937 el Premio Nacional de Literatura con Borrachera verde; El encuentro, del entonces inédito Álvaro Pineda Antezana; la recuperación de Prisionero de guerra. La novela de un prisionero del Chaco, de Augusto Guzmán (1903-1994) publicada originalmente en 1936 por la chilena editorial Nascimento, y Bolivianas ilustres. Las guerrilleras de la independencia, del historiador de origen vasco José Macedonio Urquidi (1881-1978); del año siguiente son los tres volúmenes de la Antología de leyendas y tradiciones bolivianas preparada por el investigador y librero Antonio Paredes Candia (1924-2004), de quien en 1969 aparecería en la misma editorial su Selección de teatro boliviano para niños, que coincidía en el tiempo con la Selección de poesía boliviana para niños de Luis Fuentes Rodríguez (n. 1932), en la misma editorial.

También en 1968 cristaliza una ambiciosa iniciativa de José Camarlinghi cuyo objetivo era fomentar la literatura nacional entre los lectores: la creación de la primera Feria del Libro de Autores Bolivianos, celebrada ese año en la plaza del Estudiante de La Paz. Aún tardaría más de una década en gestarse, de la mano del ya mencionado librero Antonio Paredes Candia, lo que acabaría por convertirse en la Feria Internacional del Libro de La Paz.

Del catálogo de Camarlinghi de 1970 es interesante, por ejemplo, el ensayo de Jorge E. Meza (1916-1986) Novelistas y cuentistas bolivianos, así como uno de los primeros libros del reputado periodista Ted Córdova Claure (1932-2011), Cita en Tierra Coraje, donde recrea las condiciones de vida en el yacimiento minero de Catavi (en el departamento de Potosí). Del año siguiente es la recuperación de la selección de Cuentos breves de Adela Zamudio (1854-1928), considerada una de las pioneras del feminismo en Bolivia, que reúne las piezas que en 1943 había publicado la Editorial La Paz, acompañadas del mismo prólogo del historiador y escritor Gustavo Adolfo Otero (1896-1958),y también de 1972 es la novela de René Poppe (n. 1943) Después de las calles, que recrea la situación política y las fricciones sociales en la universidad de esos momentos.

Al año siguiente aparece La nueva narración boliviana. Aproximación a sus aspectos formales, del crítico literario Óscar Rivera-Rodas, y los ejemplos de importantes ensayistas, historiadores, poetas, dramaturgos, antropólogos y periodistas americanos ‒sobre todo bolivianos‒ incorporados a este catálogo incluirían aún al ensayista y director de periódicos largamente exiliado Vicente Pazos Kanqui (1779-1852), al expresidente argentino Bartolomé Mitre (1821-1906), al expresidente boliviano Mariano Baptista (1832-1907), al historiador y militar Julio Díaz Arguedas (1889-1980), al combativo internacionalista boliviano Alberto Ostria (1897-1967), que hasta entonces se había publicado más en Santiago de Chile y en Madrid que en Bolivia, al sociólogo y pionero teórico del marxismo en Bolivia José Antonio Arze (1904-1955), al historiador y jurisconsulto Édgar Oblitas (1935-2004), al poeta, bibliógrafo e historiador Juan Siles Guevara (1937-1955)…

Los muchos ejemplos bastan probablemente para advertir la orientación del proyecto, destinado prioritariamente a la divulgación entre todo tipo de lectores de la historia y las culturas colombianas en un sentido muy amplio, con especial atención a la conocida como «literatura minera» ‒en 1980 Camarlinghi publicó la antología de René Poppe La narrativa minera boliviana‒, aunque quizás mediante esa enumeración se haya hecho menos evidente el interés por hacer accesible la literatura a los lectores más jóvenes, con numerosos títulos destinados a ellos.

Valdrá la pena consignar, pues, que el interés de José Camarlinghi por el progreso y el bienestar de la infancia ‒el futuro‒ de Colombia, que se puso de manifiesto ya con Cara sucia, volvería a ponerse de manifiesto de nuevo con su cuento Cuando yo era trencito, ilustrado por Clovis Díaz y publicado en 1978 en la colección Edad de Oro. En la misma línea puede considerarse su compilación Leyendas y cuentos del trópico boliviano, publicado por la Secretaría Nacional de Educación en 1996.

Para entonces ya hacía tiempo que la editorial había tenido que rendirse en su combate contra la ignorancia, acaso como consecuencia de la crisis económica de los años ochenta, pero la influencia y el valor de la iniciativa de Camarlingha es incuestionable.

Firma de José Camarlinghi.

Fuentes:

Web de la Academia Boliviana de Literatura Infantil.

Elías Blanco, Diccionario Cultural Boliviano del Museo del Aparapita.

Ivan Camarlinghi, «El poeta de los niños, José Camarlinghi», reproducido en el blog de Fernando Sabido Sánchez Poetas Siglo XXI. Antología Mundial, sin indicación de fuente, 1 de marzo de 2015.

Isabel Mesa Gisbert, «Cara sucia» (reseña), Vuelan, vuelan, núm. 51 (junio de 2013).

Caio Ruvenal R., «La histórica editorial Camarlinghi reaparece en El Astillero», Opinión, 14 de noviembre de 2021.


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