Aquí o allá, con mayor o menor énfasis, raro es el análisis de la obra de Ricard Giralt Miracle (1911-1994) que no otorga una gran importancia a sus primeros pasos como aprendiz en los talleres de Seix y Barral, andadura que inició con apenas quince años por mediación de su padre, el prestigioso dibujante litógrafo Francesc Giralt Ill (1873-1947). Nacida de la conjunción de la Tipolitografía Seix, regentada por Victorià Seix Miralta, y la Librería Barral de los hermanos Lluís i Carles Barral Nualart (cercana a la plaza de la Catedral de Barcelona), Industrias Gráficas Seix & Barral Hermanos había sido creada en 1911 con las impresiones litográficas como especialiad y muy pronto adquirió un notable prestigio en este campo. También algunas de sus ediciones tuvieron mucho éxito, como los pequeños teatrillos de cartón o las construcciones (Architektón, Scenions, Constructor, Mi Pueblo). En el campo del impreso fueron proveedores de mapas, ejercicios, figuras geométricas, etc. para los estudiantes de la época, destinatarios también de los libros que publicaban (libros de texto en las Ediciones Modelo, Compendio y Ediciones Económicas), aunque también se dedicaron a la publicidad y a la impresión de libros de otras empresas.

Catálogo de Seix & Barral de 1919.
El propio Ricard Giralt Miracle evocó las circunstancias en que desarrolló su aprendizaje en una interesantísima entrevista que le hizo Zeneide Sardà el mismo año en que murió. Así, tras consignar unos primeros tiempos copiando letra inglesa y romana, recuerda la decisiva intervención de Victorià Barral (director y propietario de la empresa) para que se iniciase en la sección de proyectos, con el poco lucido cometido de cambiar el agua de los pinceles a los profesionales y echar una mano aquí y allá. Pero no fue tiempo perdido, ni mucho menos:
Lo más enriquecedor de esta etapa fue el ambiente que se respiraba en aquella sección y las conversaciones que manteníamos los que en ella trabajábamos. En la sección de proyectos se encontraban los artistas de la casa: el alsaciano Franz Schuwer, que aportaba el profesionalismo de la famosa casa Draeger Frères […], Josep Narro, un ilustrador excepcional, y el pintor Joan Seix, siempre informado de los derroteros de la modernidad.

Arts et Metiers Graphiques (núm. del 15 de setiembre de 1932).
Además, en el taller no sólo tuvo acceso a dos revistas que le pusieron en contacto con las novedades del oficio y a las que sacaría mucho provecho (Arts et métiers graphiques y Gebrauchsgraphik), sino también a las improvisadas tertulias en que los profesionales comentaban y debatían informalmente cada uno de los ejemplares. Como complemento idóneo a todo ello, Giralt Miracle acudía a la Escola de Belles Arts de Barcelona (conocida como La Llotja) y al Cercle Artístic, donde entró en contacto con la luego célebre ilustradora Mercè Llimona (1914-1997), Josep Maria Mallol Suazo (1910-1986), que dejó abundante y notable obra como ilustrador de libros, Joan Palet (1911-1996), que luego trabajaría a menudo con el editor Josep Janés, Antoni Clavé (1913-2005), Pierrete Gargallo (n. 1922), y sobre todo con uno de los fundadores de la agrupación Les Arts i els Artistes, Francesc Labarta (1883-1963), a quien atribuye excepcionales dotes como pedagogo:
Enseñaba con el gracejo de un profesor renacentista. En sus clases impartía no sólo arte [composición decorativa], sino también humanidad, conocimiento, sensibilidad. Motivaba a los alumnos más allá de la asignatura. Fue un gran pintor y un gran profesor.

Francesc Labarta.
En 1929, con dieciocho años, Giralt Miracle recibe el impacto de la Exposición Universal de Barcelona, y sobre todo de los pabellones francés (Paul Colin) y alemán (Mies van der Rohe) y el interés por la arquitectura le llevaría al curso que en el Ateneu Enciclopèdic Popular dirigió Josep Lluis Sert (1902-1983) sobre arquitectura contemporánea. Sert le había puesto en contacto además con el grupo de la prestigiosísima revista D´Ací i d´Allà (dirigida por aquel entonces por Antoni López Llausàs i Carles Soldevila) y el Grup d´Artistes i Tècnics Catalans per al Progrés de l´Arquitectura Contemporània, y a través de ellos con la obra y la estética de Le Corbusier y el Bauhaus (“el inicio del concepto actual del arte”, según diría Giralt Miracle).

Cubierta del catálogo de “Omnibus y camiones” (1935) de la Hispano-Suiza.
Escribe Patricia Córdoba sobre aquellos años decisivos: “Giralt Miracle estaba en período formativo de asimilación y al mismo tiempo estaba labrándose, a conciencia, un camino propio”. De 1935 son algunos de sus primeros diseños publicitarios famosos (el colorido catálogo de la Hispano-Suiza o el de la Esmaltería Guipuzcoana, por ejemplo), pero ya desde 1932 venía ocupándose de los folletos de Año Nuevo de Seix & Barral –que “expresan, con total naturalidad la virtuosidad técnica del establecimiento, pero Giralt Miracle trató de ir un paso más allá y con gran ingenio le daría el mayor alcance gráfico posible”, en palabras de nuevo de Córdoba– en los que quizá pueda residir el origen remoto de la idea que, tras la guerra civil y su paso por campos de refugiados, le sirvió para darse a conocer cuando se independizó: las plaquetas no venales que editaba en Navidad con destino a amigos y clientes.

Ejemplo de plaqueta navideña de Giralt Miracle.
Se ha hecho célebre la comparación establecida por Giralt Miracle entre la composición floral de Oriente (el ikebana) y la tipografía, en una conferencia muy famosa (acaso más citada que leída) en la que expone muchas otras ideas de interés, en algunas de las cuales puede atisbarse incluso un cierto autorretrato:
Sin duda alguna, la tipografía de una época acusa, de forma vasta y profunda, su carácter y refleja las variaciones sensibles de ella. Como ocurre con cualquiera de las artes puras, aun dentro de un estilo o de un movimiento, el tipógrafo revela a unos ojos expertos su originalidad y carácter personales, del mismo modo que resulta posible descubrir rasgos individuales del escriba en textos manuscritos aparentemente semejantes.

Ricard Giralt Miracle.
En cualquier caso, si pueden detectarse influencias o modelos en la obra de Giralt Miracle, lo indudable es que tuvo una formación privilegiada, con un equilibrio muy fructífero entre práctica en un taller excepcional y teoría con los grandes maestros de su tiempo. En un hombre de su talento, eso era una bomba de relojería que tarde o temprano tenía que explotar, pero lo que truncó su evolución natural fue un estallido mucho más trágico, el de la guerra civil, que le llevaría al frente durante dos años.
Fuentes:
Patricia Córdoba, La modernidad tipográfica truncada, Valencia, Campgràfic, 2008.
Sergi Dòria, “El poeta de la tipografía“, Abc, 20 de diciembre de 2009.
Ricard Giralt Miracle, “La tipografía, un ikebana occidental”, en el Catálogo de la producción editorial barcelonesa, 1965-1966, Barcelona, Diputación de Barcelona, 1966, pp. 49-56. Manuel Llanas, L´edició a Catalunya: El segle XX (fins 1939), Barcelona, Gremi d´Editors de Catalunya, 2005.
Zeneide Sardà, Perfils (con prólogo de Jordi Sarsanedas), Barcelona, Publicacions de l´Abadia de Montserrat, 1999, pp. 87-96 (entrevista fechada en octubre 1994).
Andrés Trapiello, Imprenta Moderna. Tipografía y literatura en España, 1874-2005, Valencia, Campgràfic, 2006.
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